Crisis financiera, ¿fin del capitalismo?
Como bomba en los mercados del mundo han caído las últimas noticias sobre la evolución del sistema financiero norteamericano, y no es asunto menor. En pocas palabras, reflejan una seria situación que puede caracterizarse como una crisis financiera, pero que amenaza con profundizarse y ser desastrosa. Lo que ha sucedido con instituciones de la talla de Fannie Mae, Freddie Mac, Lehman Brothers y Merrill Lynch (entre otros) nos coloca frente a un proceso de importantes quiebras y enormes rescates en el país del norte, superando por sus montos a lo observado en otros países en el pasado e incluso podría ser sólo comparable con lo ocurrido durante la Gran Depresión de los años treintas. Otros gigantes como Goldman Sachs y Morgan Stanley están tomando acciones importantes para evitar pasar a formar parte de las estadísticas.
El paquete de rescate por 700 mil millones de dólares que se discute en el Congreso representa una enorme suma, aproximadamente cinco puntos del Producto de Estados Unidos en 2007, pero ha sido necesario como una medida que intenta evitar una catástrofe mayor y calmar a los mercados. Como sucede generalmente en estos casos, en estos momentos no se sabe cual será el costo final de esta acción ni cual será el resultado final, pero evidentemente era una medida natural y esperada ante los acontecimientos.
Lo cierto es que estamos presenciando una crisis financiera, que no es la primera ni será la última, si entendemos que éstas forman parte del propio funcionamiento del sistema capitalista. Esto lo sabemos desde hace muchos años, cuando Keynes escribió su Teoría General buscando hacernos entender cómo se comporta una economía capitalista con instituciones financieras sofisticadas, complejas y en continua evolución. Como señalaba Hyman Minsky, un connotado poskeynesiano y profesor de Washington University, “es un hecho que los Wall Streets del mundo son importantes; ellos generan fuerzas desestabilizadoras, y de tiempo en tiempo el proceso financiero de nuestra economía conduce a serias amenazas de inestabilidad financiera y económica, esto es, el comportamiento de la economía se vuelve incoherente”. En este sentido, y haciendo referencia a la creciente inestabilidad económica que se observaba hacia finales de los años 60, señalaba que era resultado de un sistema financiero frágil que emergió de cambios acumulativos en la relaciones e instituciones financieras durante varios años. No cabe duda que el sistema financiero cumple un papel crucial en el desarrollo económico de un país, no sólo porque permite la intermediación de los recursos, sino porque favorece la cobertura de múltiples riesgos propios del funcionamiento de los mercados, pero su propia evolución dinámica también conlleva a serios problemas derivados de los mismos incentivos inmersos en sus procesos y amplificados por factores como el riesgo moral. Esta dinámica se ha vuelto mucho más compleja en los tiempos modernos ante el acelerado desarrollo de nuevos y sofisticados instrumentos, así como complejas interrelaciones entre los participantes en estos mercados, lo cual es un enorme reto si no se cuenta con las instituciones adecuadas para el manejo de riesgos. A esto hay que agregar fenómenos de masas que terminan por amplificar eventos o procesos originalmente de menor tamaño. En muchos de estos fenómenos están presentes las denominadas burbujas, que como señala Robert Shiller, profesor de Yale y famoso por su best seller titulado Exhuberancia Irracional, el elemento original y central en todas las burbujas es de carácter sicológico, es contagio social.
De acuerdo a su argumento, el inicio de esta crisis esta en la burbuja en el mercado inmobiliario y su origen es el factor sicológico.
Como he señalado, estas crisis son recurrentes en el funcionamiento del sistema capitalista, pero a diferencia de lo que algunos piensan o han vaticinado, no han llevado al fin de este sistema. Sí, en cambio, han provocado importantes modificaciones institucionales y en el funcionamiento e estos mercados financieros. Por desgracia esto incluye un costo, que finalmente se observa en menor crecimiento y mayor desempleo.
En este razonamiento es claro que el sistema financiero sí tiene efectos importantes en variables reales como el producto y el empleo.
En este sentido, es claro que la presente crisis cobrará su cuota en estos rubros, aunque aún es difícil saber el monto, y esto porque también aún es difícil saber si todavía falta lo peor. Pero seguramente dará paso a un nuevo marco institucional financiero.
US Dollar rates

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